La cultura del rock and roll siempre ha estado muy ligada a la del alcohol. Los cantantes bebiendo antes de salir al escenario o durante el concierto y el público acompañando las actuaciones con una buena cerveza en la mano.
Además existen numerosas canciones que hablan sobre el alcohol, sobre los excesos, beber para olvidar o simplemente exaltando el placer de un buen whiskey o una buena birra.
Pero de lo que no muchos quieren hablar del día después del concierto y de la juerga, de la temible resaca. Ese momento en que te das cuenta que anoche bebiste demasiado y te levantas con dolor de cabeza, cansancio generalizado, deshidratación y la boca pastosa.
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